El cine y las series como herramientas en terapia
No cabe duda que las películas y series pueden sernos de gran ayuda como recurso para trabajar en sesiones. ¿No os ha pasado que alguna película de pronto os cambió el modo de ver un problema, afrontar una situación, o nos alivió de alguna forma en etapas críticas de vuestra vida?
Cuando nos vemos reflejados en ese personaje, desde una mirada distinta, podemos analizar con cierta distancia aquello que más nos atemoriza (tomar perspectiva). Como éste, hay muchos beneficios psicológicos que pueden ofrecernos las series y las películas, y por qué no decirlo, incluso los documentales como veremos más tarde, y es por ello que cada vez son más las profesionales de la salud psicológica que hacen usos de ellas. Además, la combinación de elementos temáticos —música, diálogo, iluminación e imágenes— a menudo puede provocar o amplificar sentimientos profundos en los espectadores, lo que permitirá también una reflexión personal y proporcionará una nueva perspectiva de los eventos externos, de una forma más experiencial.
Por ejemplo, con el boom de Harry Potter se han hecho hasta libros de autoayuda para trabajar procesos de flexibilidad psicológica específicamente. La psicóloga y psicoterapeuta ACT (una intervención basada en la evidencia llamada Terapia de Aceptación y Compromiso) Janina Scarlet, ha desarrollado una adaptación de este enfoque en el marco de la historia llamado “Harry Potter Therapy,” así como la llamada “Terapia de Superhéroes”. Os recomiendo mucho visitar esta página.
Vista General
La metáfora, el simbolismo y las imágenes son utilizados en terapia, ya que ayudan a las personas que están en tratamiento a explorar sus eventos internos tomando perspectiva, tales como pensamientos, sentimientos, etc., y abordar áreas de preocupación. Las películas no solo contienen símbolos, sino que también pueden generar empatía, aumentar las habilidades de comunicación y permitir que las personas en terapia se vuelvan más conscientes de sus propios sentimientos y deseos, entre otras cosas. La visualización de películas o series permite a las espectadoras a participar de varias maneras, por ejemplo: lingüística, viso-espacialmente, interpersonal e intra-psíquicamente. Los defensores de la terapia de cine creen que esto puede ser útil porque se ha demostrado que el aprendizaje ocurre más rápidamente cuando la información se procesa de más de una manera, de forma más sensorial.
Esta técnica de terapia fue desarrollada siguiendo las líneas de la biblioterapia, que es el uso terapéutico de los libros y la lectura en la práctica clínica. La cineterapia o filmoterapia es definida como el uso de las películas o series, como recurso en el ámbito terapéutico.
¿Por qué utilizar las series y películas como herramientas en terapia?
Son muchas las profesionales de la psicología que utilizan el trabajo con películas y series como tarea para casa, a fin de reforzar aspectos trabajados en sesión, ya sea como material de reflexión, modelado, reformulación del problema, identificación y expresión de la emoción o clarificación de valores, ya que las escenas funcionan como metáforas de la vida, siendo un vehículo de transmisión muy potente (García y Moreno, 2011; Sofía, G, 2017).
Otro de los muchos puntos a favor es la mejora de lo que se conoce como teoría de la mente, al incidir sobre las capacidades empáticas y el entendimiento de nuestros propios procesos emocionales, haciendo uso tanto del efecto de la trama, las imágenes, o la música. Resulta además reforzante para la alianza terapéutica, ya que el trabajo puede fortalecerse desde aquí y servir como experiencia común y trabajo cooperativo entre consultantes y terapeutas.
Esta herramienta proporciona una forma menos abrumadora de hablar sobre los sentimientos al facilitar a las consultantes explorar indirectamente sus preocupaciones relacionándolas con las de los personajes de la película o series.
Elementos comunes y diferencias en ambos recursos, y factores a considerar
La similitud entre ambos recursos audiovisuales es que nos mueven a nivel simbólico, como metáfora con multitud de elementos. Este lenguaje simbólico, metafórico es un recurso muy efectivo para comunicarnos ya que facilita el establecimiento de nuevas relaciones conceptuales, rompiendo barreras en lenguaje como el razonamiento lógico, facilitando la conexión emocional, experiencial, la toma de perspectiva y otros procesos del llamado aprendizaje relacional en términos de RFT (Relational Frame Theory).
Otros elementos que configuran la experiencia son: el lenguaje o movimientos de la cámara que buscan un impacto distinto en la narrativa, así como la música y la fotografía, son todos aspectos que influyen en la vivencia de la obra. Otros factores que modulan la experiencia son los siguientes:
Duración, compromiso e inmersión
Series: ya que en general se extienden por numerosos episodios y temporadas, nos puede permitir un desarrollo más gradual de la trama y los personajes, y por tanto a una mayor inversión emocional, sentido de familiaridad y apego hacia los personajes y la historia. Vamos que conlleva un compromiso más a largo plazo que puede resultar en una experiencia más inmersiva
Películas: las películas conllevan una extensión limitada, típicamente de una a tres horas. Esta estructura demanda una narrativa y un desarrollo de personajes más directos y condensados. A pesar del compromiso breve, las películas pueden dejar una huella perdurable si logran contar una historia impactante de forma efectiva.
Desarrollo de Personajes y Trama
Serie: disponen de más tiempo para desarrollar arcos de personajes complejos y detallados, así como tramas y subtramas entrelazadas. Esto nos permite explorar diferentes aspectos de los personajes y sus relaciones, así como el impacto de varios eventos en sus vidas.
Películas: están más limitadas a la hora de establecer y desarrollar personajes y tramas. Sin embargo, hay algunas películas que logran crear personajes memorables y tramas profundas mediante una escritura eficiente, una dirección creativa y excelentes actuaciones.
Conexión Emocional
Serie: las conexiones emocionales pueden ser más profundas aquí ya que pasamos más tiempo con los personajes y la historia. Los altibajos emocionales y el desarrollo a largo plazo pueden hacer que la audiencia sienta una conexión más fuerte.
Películas: las películas pueden desencadenar fuertes respuestas emocionales en un corto período de intervalo. A través de una narración más precisa y un enfoque centrado en los momentos clave, las películas pueden tener un impacto emocional significativo y duradero.
En definitiva, ambos recursos tienen la capacidad de brindar experiencias significativas y profundas, pero lo hacen de diferentes maneras debido a sus características inherentes. Las series permiten un desarrollo más largo y detallado, lo que puede conducir a una inmersión y conexión emocional más profunda con el tiempo. Las películas, por otro lado, ofrecen una experiencia enfocada y a menudo más intensa, con el potencial de dejar una huella duradera a través de narrativas y personajes bien desarrollados en un corto período de tiempo.
¿Por qué nos mueven tanto ciertos personajes y nos identificamos con ellos?
El impacto de estos recursos se ha comenzado a estudiar mediante técnicas de neuroimagen y mediciones fisiológicas, y los resultados arrojan que las áreas cerebrales activadas son las relacionadas con la empatía, la teoría de la mente, y la comprensión de metáforas. Sí, las neuronas espejo juegan un papel fundamental en todo este proceso. Es importante puntualizar que la resonancia fisiológica será más intensa si la escena es en directo, por ejemplo, en el teatro (Sofía, 2017).
Por otro lado, ¿os habéis fijado que son muchas las series protagonizadas por personajes con una moral ambigua? ¿Qué nos sucede cuando hablamos de narrativas tales como “Los Soprano”, “Breaking Bad”, “Dexter" o “Peaky Blinders”? No hay una clara distinción entre “el bien y el mal”. Los espectadores nos sentimos fascinados tanto con aquellos héroes clásicos, como con esos “malvados” con cara amable y justificamos sus acciones. Resulta que para muchas de nosotras, el hecho de reflexionar sobre cómo actuaremos ante tales situaciones similares a las del personaje, nos resulta muy emocionante y hasta moral. Podemos ver reflejados aspectos “innombrables”, rechazados en el “Otro”, y así, de alguna forma, liberarnos.
Dolf Zillmann, renombrado psicólogo de los medios de comunicación, desarrolló en los años ochenta la influyente teoría de la regulación emocional. Según esta, las espectadoras buscamos mejorar nuestro estado de ánimo mediante la elección de los programas televisivos, y experimentamos diversión y placer si hay un desenlace feliz para “los buenos” y un final adverso para “los malos”. Afirma que construimos relaciones ya sea positivas o negativas, según nos identifiquemos moralmente con los protagonistas mientras seguimos la historia.
Es a finales de los ochenta que vemos un cambio significativo en las narrativas de las series y películas. Nos desafían emocionalmente ya que no hay una línea muy clara, más bien una gran mezcla de emociones. Probablemente los conflictos que observamos en protagonistas criminales nos ayudan a fijar nuestros valores morales, nos sentimos “mejores”, no así si nos comparamos siempre con aquellos superhéroes infalibles, donde siempre saldremos perdiendo.
Hay muy elementos que se ponen en marcha para que logremos identificarnos más con unos personajes que son otros y algunos de los más importantes son los siguientes:
Relatabilidad: esto es la resonancia de los aspectos del personaje en nosotras, es decir cuando vemos aspectos de nosotras mismas en el personaje.
Vulnerabilidad y autenticidad: con los personajes que muestran vulnerabilidad y autenticidad, luchan y muestran sus imperfecciones.
Valores y creencias compartidos: si un personaje encarna valores, creencias o principios similares a los nuestros.
Necesidades emocionales: la identificación con un personaje a menudo está relacionada con nuestras necesidades emocionales en ese momento. Por ejemplo, alguien que busca inspiración puede identificarse con un personaje que representa la superación de obstáculos.
Similitudes físicas o demográficas: a veces nos identificamos más con personajes que se parecen físicamente o que comparten características demográficas, como edad, género, origen étnico o cultural.
Narrativa y guionismo: la forma en que se presenta y se desarrolla un personaje en la historia también puede influir en la identificación. Los personajes complejos y bien desarrollados tienden a ser más atractivos para la identificación que los personajes unidimensionales.
En terapia, podemos explorar el por qué una consultante se identifica con ciertos personajes, ya que esto nos puede proporcionar valiosa información sobre sus valores, necesidades y experiencias personales.
Algunas pautas para trabajar con estas herramientas en la regulación emocional
Jesús García Martínez y David Moreno Mora de la Universidad de Sevilla, en su artículo "El trabajo con películas en psicoterapia" nos proporcionan una serie de recomendaciones a nivel general muy sencillas y relevantes que podemos utilizar:
Trabajar más con escenas o clips que con cintas enteras.
Centrar el análisis en los personajes y sus relaciones.
Buscar similitudes entre la situación del cliente y la del personaje (en este punto es donde se genera la metáfora).
Acostumbrarnos, como terapeutas, a ver películas desde una perspectiva terapéutica y seleccionar aquellas particularmente útiles según el tipo de problema que queramos abordar y comentar la escena con otros profesionales. Hacer uso, si se puede, de criterios experimentales que indiquen la utilidad de una escena para un tipo de problema o proceso, pero todavía hay una investigación muy escasa al respecto.
Utilizar esta herramienta sólo como coadyuvante de la terapia, no como una única herramienta.
Ahora, en cuanto a la regulación emocional en particular, dependerá del objetivo que busquemos. Si queremos ayudarles a explorar alguna emoción en concreto, se pueden utilizar para una exposición gradual a las mismas, o por el contrario ayudar a elicitar otras emociones, también puede que queramos modelar comportamientos, generar empatía, o clarificar valores. Sin embargo, aquí hay algunas recomendaciones generales sobre qué género ver en diferentes estados de ánimo y algunos ejemplos:
Ánimo positivo: comedias. Ejemplos: series como “The Office” o “Friends”; Películas como: “Con faldas y a lo loco”, “Superbad”.
Tristeza o ánimo melancólico: las películas o series de drama pueden ayudarnos a explorar y procesar las propias emociones.
Estrés o ansiedad: comedias o documentales de naturaleza, o películas que nos transporten a lugares hermosos y tranquilos y nos “activen el sistema ventral vagal, llamado sistema de calma y afiliación”. Ejemplos: “Planet Earth” o “Headspace”.
Reflexión o introspección: películas independientes o de autor y documentales. Ejemplos: “12 años de esclavitud", "Parásitos" y "Spotlight", “Black Mirror”.
Empoderamiento o motivación: películas inspiradoras y biografías de personas que han superado obstáculos puede ser inspirador. Ejemplos: “En busca de la felicidad” o “El discurso del rey”.
Nostalgia o sentimiento de añoranza: clásicas.
Empatía y comprensión: Ejemplos: “The Crown”, “After Life” o “Atypical”.
Otros beneficios psicológicos del cine, series y documentales
El simple hecho de ver una película o escena específica relacionada con nuestros miedos nos puede ayudar a enfrentarnos a estas sensaciones y a la consciencia de las mismas de una forma más controlada y segura (exposición interoceptiva y en imaginación). Por ejemplo “Mar adentro” (2004) de Alejandro Amenábar nos ayuda a enfrentarnos a nuestros miedos.
Cuando disfrutamos de una serie o película, experimentamos la gama de emociones de los personajes, eso sí, sin temor a padecer luego las consecuencias. Escenas de acción, ficción, aventuras máximas, terror, son todas historias con una gran descarga emocional y nos desahogan en muchas ocasiones de nuestra vida cotidiana.
Algunas películas ayudan a disminuir nuestros niveles de ansiedad al permitirnos distraer nuestra atención hacia otros escenarios; además, las comedias son fuente de grandes dosis de risa que, sin duda, repercute positivamente en nuestra mente y cuerpo.
Observar la grandeza de otras personas a través del cine nos motiva y nos inspira a tratar de hacer algo similar, a ser mejores e incluso a dar pasos para cambiar nuestras vidas; nos sentimos orgullosos de pertenecer al género humano. Por ejemplo, “Schindler's List” (1993) de Steven Spielberg.
Como siempre, recomendar encarecidamente el uso del análisis funcional y de la clarificación de los objetivos valiosos concretos de nuestros consultantes para la utilización de estas herramientas
Recursos para profundizar
Para finalizar me gustaría dejaros con algunos recursos para que podáis profundizar y enriquecer vuestro trabajo un poquito más. Comenzaré con el excelente blog dedicado a la filmoterapia dirigido por el psicólogo Jaime Burque, donde encontrareis una guía rápida con más de 1500 películas y series revisadas y categorizadas para potenciar el uso de estas herramientas.
El blog de Cine y Psicología del psicólogo Jauma Cardona, es otro lugar imprescindible que está en constante actualización.
Otro recurso imprescindible para todos y todas las psicólogas y amantes de este arte, sin duda es el libro “Psicología y cine. Vidas cruzadas” del Doctor en psicología, Andrés García García. En este libro se analiza la potencia del cine para abordar algunos problemas psicológicos relevantes, así como cuestiones de justicia social y educativos.
Y finalmente, los canales de Fatty Martin o Farid Dieck en Youtube son impresionantes.
Por Karemi Rodríguez Batista para Psyciencia
Referencias:
Berg-Cross, L., Jennings, P., y Baruch, R. (1990). Cinematherapy: Theory and application. Psychotherapy in Private Practice 8, 135–156.
García Martínez, J., y Moreno Mora, D. (2011). El trabajo con películas en psicoterapia. Revista de Psicoterapia, Vol. 86/87, 5-20.
Mann, D. Movie Therapy: Using Movies for Mental Health: Therapists recommend movies to help change the way we think and feel. Web MD. Recuperado el 22 Febrero 2018. Disponible en https://www.webmd.com/mental-health/features/movie-therapy-using-movies-for-mental-health#1
Sofía, G. (2017). Por qué los actores nos hacen vibrar. Mente y Cerebro; 84, 70-74.
Volgel, I., y Gleich, U. (2017). El amable asesino de al lado. Mente y Cerebro; 87, 51-57.